Un minuto de video = ¡1.8 millones de palabras!

Puede sonar un poco exagerado, pero el título es completamente cierto, al menos según un estudio realizado por el Dr. James McQuivey para la consultora Forrester Research, quien encontró que cuando se trata de generar impacto en línea los potenciales clientes pueden obtener hasta 1.8 millones de palabras de información en lo que ve un video de sesenta segundos.
¿Y por qué debería importarte este dato? Porque todos queremos vender algo, ya sea un producto, un servicio, una idea, una forma de pensar, pero no podemos simplemente llegar con la gente a demandar su dinero o atención, tenemos que hacer que se den cuenta que ellos quieren/necesitan lo que nosotros les ofrecemos, por lo que inicia el ritual de convencimiento: hablarles de las bondades de nuestro producto, decirles qué nos tienen que dar a cambio y cómo pueden conseguirlo.
La forma más común de lograr eso hasta ahora ha sido por escrito, es cierto que los anuncios de TV existen desde hace muchos años pero por lo general son restrictivos pues son muy caros y los espacios disponibles (sobre todo en horarios interesantes) muy limitados. Con el surgimiento del Internet ahora teníamos a nuestra disposición una plataforma apta para el video, pero resultaba frustrante con tantos formatos no universales, conexiones lentas, y en general falta de experiencia en el medio.
Pero ahora y cada vez más cualquiera puede usar su teléfono o una cámara incluso más barata que su teléfono, grabar algo, hacerle edición básica y subirlo a tantas redes como quiera en menos de una hora, por lo que debes aprovechar al máximo esta facilidad para que en lugar de hacer que tus potenciales clientes lean dos cuartillas sobre lo maravilloso que es lo que estás ofreciendo se los muestres, porque esa es la clave de todo: Mostrar, de preferencia en acción, lo que quieres que te consuman.
Las claves para realizar un buen video de presentación:
– Enfócate en tu producto y de preferencia preséntalo a través de una historia. Pero no divagues, selecciona piezas claves de información que vayan guiando al espectador a entender lo que quieres que aprendan de ti.
– La duración del video preferentemente tiene que estar entre 60 y 90 segundos, pero se ha demostrado que incluso 120 segundos es aceptable siempre y cuando tomes mucha atención al siguiente punto.
– Hay mil y un distracciones en Internet, por lo que tienes que atrapar por completo la atención de tu audiencia en los primeros 10 segundos del video, o van a cerrar el video. ¡O peor aun! No lo van a cerrar, pero van a dejar de prestarle atención. Digo que es peor porque en tus estadísticas se mostrará una reproducción del video, pero en realidad no habrá llegado la información a ninguna persona. Siempre ten en cuenta que esos 10 segundos iniciales son la clave.
– Si el video tiene más palabras que acciones sé conciso. Elimina palabras largas o poco conocidas por llamadas a la acción y vocabulario fácil de digerir.
– Si tienes variaciones de tu producto o quieres explicar muchas funciones del mismo, considera mejor hacer más de un video y asegúrate de que sean independientes, es decir, que no sea necesario que el potencial cliente vea todos los videos para querer consumir tu producto.
Ya teniendo tu video de 90 segundos puedes planear tu estrategia de distribución: subirlo a YouTube, compartirlo en Facebook, dividirlo por partes e irlo subiendo a Instagram, mostrar el detrás de cámaras en Snapchat, incluso Twitter se ha ido preparando para integrar video cada vez más, por lo que un día de trabajo en un video bien producido puede generarte semanas de contenido para tus redes sociales.
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